El bebé Rama duerme, toma la teta y duerme.
El bebé Rama duerme sobre una cama de leche y amor, una cama rodeada de almendros en flor y con campanitas de Birmania tintineantes.
El bebé Rama vino al mundo en una casa de la Axarquía Malagueña. La Casa Rústica. Una antigua era. Un centro solar. Un enclave donde los granos descansaban.
¿Imaginarían ellos que un día el bebé Rama nacería justo en ese sitio?..
¿Quién lo sabe?
Tal vez las estrellas ya lo tenían todo planeado. Un día, en la Era de Acuario, en el mes de Acuario, con el sol de regente y el ascendente en Capricornio, un bebito asomaría su cabeza a este mundo por vez primera y con los ojos bien abiertos y las pupilas dilatadas a más no poder miraría a sus papis por primera vez.
El bebé Rama nació sin sufrimiento, apenas lloró y se quedó extasiado contemplando a su mamá.
Recordaré esa primera mirada toda mi vida.
Veo sus ojos ahora y me hablan de muchas vidas. Son como lagos profundos que atesoran debajo ciudades perdidas, ocultas, mitológicas, flotantes.
Agua. Veo agua en su mirada. Transparente y profunda a la vez.
Veo inocencia y sabiduría.
Comprensión y demanda.
Joven- Viejo.
Amor.
El bebé Rama duerme, toma la teta y duerme.
